Sembrando en el cielo

Viernes ya y se nos fue la primera semana de este nuevo año, y la inquebrantable marcha del tiempo continua, en ocasiones, algunos vemos al tiempo como un enemigo implacable, sin embargo, es nuestra propia perspectiva la que le da la relativa importancia, mucha o poca a este proceso, pues no es lo físico o lo material lo que debería ser lo más importante,( aunque para algunos si lo sea), sino aquello que no se deteriora, aquello que vence y vencerá al tiempo a pesar de su tenacidad, y me refiero a las buenas acciones. Y es que la siembra que da más frutos no es la que se hace en la tierra, sino en los fértiles
campos del cielo, donde la gloria de Dios es el fruto más dulce que podemos cosechar, y ese campo celestial no está arriba, sino dentro del corazón de cada uno de nuestros semejantes. El apóstol Pablo escribió: Los mandamientos dicen: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies”; pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Romanos 13:9; cuando esto lo hacemos vida, pueden venir todas las arrugas y achaques de nuestro cuerpo, pero la atención, el cariño, la lealtd y el amor que dimos a los demás, eso jamás se deteriorará. Feliz fin de semana, disfruten de la vida, regalen afecto a manos llenas y siembren muchas semillas en el cielo.

Divulgando un poquito de sabiduria popular.

Antes de Rezar…PERDONA
Antes de Hablar…ESCUCHA
Antes de Escribir…PIENSA
Antes de Gastar…GANA
Antes de Criticar…ESPERA
Antes de Rendirte…PRUEBA
Tus palabras, tus sueños, y tus pensamientos tienen el poder de crear condiciones en tu vida.
De lo que hables, lo obtendrás.
Si sigues diciendo que no soportas tu trabajo, puedes perderlo.
Si sigues diciendo que no soportas tu cuerpo, tu cuerpo puede enfermarse.
Si sigues diciendo que no aguantas tu carro, tu carro puede ser robado o descomponerse.
Si sigues diciendo que estás quebrado, sabes qué? Siempre estarás quebrado.
Si sigues diciendo que no puedes confiar en hombres o mujeres, siempre encontrarás alguien en tu vida que te lastimará o te traicionará.
Si sigues diciendo que no encuentras trabajo, seguirás desempleado.
Si sigues diciendo que no puedes encontrar alguien a quien amar o crea en ti, tus pensamientos atraerán mas experiencias confirmando tus creencias.
Haz tus pensamientos y tus conversaciones más positivos y guárdalas con fe, esperanza, amor y acción.
*No tengas miedo de creer que puedes tener lo que tú quieres y mereces.*
Observa tus ‘Pensamientos,’ Se convertirán en palabras.
Observa tus ‘Palabras’, Se convertirán en acciones.
Observa tus ‘Acciones’, Se convertirán en hábitos.
Observa tus ‘Hábitos’, Se convertirán en carácter.
Observa tu ‘Carácter’, Se convertirá en tu ‘Destino’
Así…. Para prevenir cualquier obstáculo… ¡ Consigue tu propio camino !
¡¡ Disfruta cada minuto de tu vida !!
Cuando el filosofo señala la luna, el tonto se fija en el dedo.
‘Si no te gusta lo que recibes, revisa muy bien lo que estás dando’.
Meditemos, apliquemos y vivamos.
Dios te bendiga.

El hijo

Un hombre rico y su hijo tenían gran pasión por el arte. Tenían de todo en su colección; desde Picasso hasta Rafael. Muy a menudo, se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte, desgraciadamente, el hijo fue a la guerra.
Fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado.
El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo.
Un mes mas tarde, justo antes de la Navidad , alguien tocó a la puerta.
Un joven con un gran paquete en sus manos dijo al padre: Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida.
Él salvó muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo así instantáneamente.
Él hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte. El muchacho extendió los brazos para entregar el paquete: ‘Yo sé que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto.’
El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo, pintado por el joven soldado.
Él contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura.
El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo que los suyos propios se arrasaron de lágrimas. Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro.
‘Oh no, Señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mi. Es un regalo.’
El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.
El hombre murió unos meses mas tarde y se anunció una subasta con todas las pinturas que poseía.
Mucha gente importante e influyente acudió con grandes expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección.
Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo. El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta. ‘Empezaremos los remates con este retrato del hijo, ¿Quien ofrece por este retrato?’ Hubo un gran silencio. Entonces una voz del fondo de la habitación grito: ‘Queremos ver las pinturas famosas, Olvídese de esa’. Sin embargo el subastador persistió: ‘¿Alguien ofrece algo por esta pintura? ¿$100.00? ¿$200.00?’
Otra voz grito con enojo: ‘No venimos por esa pintura, Venimos por los Van Goghs, los Rembrandts. Vamos a las ofertas de verdad’. Pero aun asÍ el subastador continuaba su labor: ‘El Hijo, El Hijo, ¿Quien se lleva El hijo?’ Finalmente una voz se oyó desde atrás, el viejo jardinero del padre y del hijo….. Siendo un hombre muy pobre, era lo único que podía ofrecer. ‘Tenemos $10 ¿Quien da $20?’, grito el subastador.’ La multitud se estaba enojando mucho. No querían la pintura de ‘El Hijo’. Querían las que representaban una valiosa inversión para sus propias colecciones.
El subastador golpeo por fin el mazo: ‘Va una, van dos, VENDIDA por $10’ ‘Empecemos con la colección!’, gritó uno.
El subastador soltó su mazo y dijo: ‘Lo siento mucho, damas y caballeros, pero la subasta llego a su final’ ‘Pero, y las pinturas?’, dijeron los interesados ‘Lo siento’ Contesto el subastador ‘Cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me dijo de un secreto estipulado en el testamento del dueño.’ Yo no tenia permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento.
Solamente la pintura de ‘EL HIJO’ seria subastada.
Aquel que la aceptara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas.
El hombre que acepto quedarse con ‘EL HIJO’ se queda con TODO’.
REFLEXION:
Dios nos ha entregado a su Hijo, quien murió en una cruz hace 2,000 años. Así como el subastador, su mensaje hoy es:
‘EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIEN SE LLEVA EL HIJO?
Quien ama al Hijo lo tiene todo’.

Mateo 6:33 ‘Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas, se os darán por añadidura.’

En la forma del pedir esta el dar

Dicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que tenía escrito con tiza blanca: «POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO»
Un creativo de publicidad que pasó frente a él, se detuvo y observó que en la gorra había sólo unas pocas monedas. Sin pedirle permiso dio vuelta el cartel y escribió otro anuncio. Puso el pedazo de madera en su lugar y se fue. Por la tarde volvió a pasar frente al ciego y su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego, que reconoció sus pasos le preguntó si había sido él el que había reescrito su cartel y sobre todo, quería saber que había puesto.
El publicista le contestó «Dice lo mismo que decía antes, pero con otras palabras», sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:
«ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y YO NO PUEDO VERLA»!

Es innegable que la forma que utilicemos las palabras dependera en mucho el efecto que causen en las acciones o reacciones de la gente a las que se las decimos, es muy importante que reflexionemos sobre por qué la gente muchas veces nos ignora, algo estaremos haciendo o diciendo que no es la manera adecuada para que nos hagan caso. Inclusive al pedirle a Dios existen las maneras correctas, investiguemos al respecto, para que obtengamos mejores resultados. Dios los bendiga.

La señal de Dios

Un señor muy creyente sentía que estaba cerca de recibir una luz, que le iluminara el camino a seguir. Todas las noches, al acostarse le pedía a Dios que le enviara una señal sobre cómo tenía que vivir el resto de su vida. Así anduvo por la vida, durante dos o tres semanas en un estado semi místico buscando recibir una señal divina.
Hasta que un día, paseando por un bosque, vio a un cervatillo caído, tumbado, herido, que tenía una pata medio rota. Se quedó mirándolo y de repente vio aparecer a un puma. La situación lo dejó congelado, estaba a punto de ver cómo el puma, aprovechándose de las circunstancias, se comía al cervatillo de un solo bocado. Entonces se quedó mirando en silencio, temeroso y también de que el puma, no satisfecho con el cervatillo, lo atacara a él. Sorpresivamente, vio al puma acercarse al cervatillo. Entonces ocurrió algo inesperado, en lugar de comérselo, el puma empezó a lamerle las heridas.
Después se fue y volvió con unas ramas humedecidas y se las acercó al cervatillo con la pata para que éste pudiera beber el agua, y después se fue y trajo un poco de hierva húmeda y se la acercó para que el cervatillo pudiera comer. Increíble.
Al día siguiente. Cuando el hombre volvió al lugar, vio que el cervatillo aún estaba allí, y que el puma otra vez llegaba para alimentarlo, lamerle las heridas y darle de beber. El hombre se dijo: esta es la señal que yo estaba buscando, es muy clara. “Dios se ocupa de proveerte de lo que necesites, lo único que no hay que hacer es ser ansioso y desesperado corriendo detrás de las cosas”. Así que agarró su atadito, se puso en la puerta de su casa y se quedó ahí esperando que alguien le trajera de comer y de beber. Pasaron dos horas, tres, seis, un día, dos días, tres días,… pero nadie le daba nada. Los que pasaban lo miraban y el ponía cara de pobrecito imitando al cervatillo herido, pero no le daban nada. Hasta que un día pasó un señor muy sabio que había en el pueblo y el pobre hombre, que estaba ya muy angustiado, le dijo:
– Dios me engañó, me mandó una señal equivocada para hacerme creer que las cosas eran de una manera y eran de otra. ¿Por qué me hizo esto?. Yo soy un hombre creyente…
Y le contó lo que había visto en el bosque…
El sabio lo escuchó y luego le dijo:
– Quiero que sepas algo. Yo también soy un hombre muy creyente, Dios no manda señales en vano, Dios te mandó esa señal para que aprendieras.
El hombre preguntó:
– ¿Por qué me abandonó?
Entonces el sabio le respondió:
– ¿Qué haces tú, que eres un puma fuerte y listo para luchar, comparándote con el cervatillo?. Tu lugar es buscar algún cervatillo a quien ayudar, encontrar a alguien que no pueda valorarse por sus propios medios.

La pregunta obligada es: ¿Estaré intepretando bien las señales de Dios? ó ¿Las estoy acomodando de tal forma que me sea lo mas comodo posible y dejar que sean los cervatillos los que ayuden a este puma?.
Dios te bendiga.

Un cuento para pensar

Hace años, un inspector hizo una visita a una escuela primaria. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada detrás de su escritorio, y los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico. Decidió presentarse:
– Permiso, soy el inspector de turno… ¿algún problema?
– Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos niños… No tengo láminas, la Secretaría no nos envía material didáctico, la verdad es que no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles…
El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los niños:
– ¿Qué es esto?
– Un corcho señor… – gritaron los alumnos sorprendidos.
– Bien, ¿De dónde sale el corcho?
– De la botella señor. Lo coloca una máquina… del alcornoque, de un árbol… de la madera… – respondían animosos los niños.
– ¿Y qué se puede hacer con madera?, – continuaba entusiasta el docente.
– Sillas… una mesa… un barco…
– Bien, tenemos un barco ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué estado pertenece. ¿Y cuál es el siguiente puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que nació allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda alguna canción de este lugar? De este modo comenzó una tarea de geografía, de historia, de música,economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
-Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias.
Pasó el tiempo y el inspector volvió a la escuela. Buscó a la maestra, y la encontró nuevamente acurrucada detrás de su escritorio, con los alumnos otra vez en total desorden…
– Señorita… ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?
– Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho ¿Dónde lo dejó?

Extraído de “Cuentos para regalar a personas inteligentes”. «La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es una respuesta hábil y no una impotencia explicada o un reclamo por lo que nos falta».

Dios los bendiga.

Porque mereces Amor

Me encontre esta reflexión y me parecio muy interesante compartirla, espero te sirva, ya que estoy totalmente de acuerdo en lo que dice:

No tienes que ganarte el amor, como no tienes que ganarte el derecho a respirar porque existes. Tienes derecho al amor porque existes. Eso es todo lo que necesitas saber. Mereces tu propio amor. No permitas que tus padres, las opiniones negativas de la sociedad o los prejuicios de la gente te hagan pensar que no te lo mereces. La realidad de tu ser es que mereces amor. Acéptalo y sábelo. Cuando realmente lo hayas logrado, encontrarás que la gente te trata como a una persona que merece amor.

Actividad para esta semana y si te es posible el resto de tu vida:

Por lo menos tres veces al día, abre de par en par los brazos y di: «Estoy dispuest@ a dejar que penetre en mí el amor. Estoy a salvo si dejo que el amor entre en mi interior»

Busquemos la felicidad y el amor sin temor a que lo encontremos.
Dios te bendiga.

LADRILLOS BOOMERANG

Me encontré este cuento del Sr. Jorge Bucay que nos hace reflexionar sobre la Ira y las consecuencias de no manejarla adecuadamente. Ojala y les sirva para reflexionar sobre esta situación que nos afecta mucho en el día a día sobre todo en la convivencia con los demás y con nosotros mismos.

Había un tipo que andaba por el mundo con un ladrillo en la mano. Había decidido que a cada persona que lo molestara hasta hacerlo rabiar, le tiraría un ladrillazo. Método un poco troglodita pero que parecía efectivo, ¿no? Sucedió que se cruzó con un prepotente amigo que le contestó mal. Fiel a su designio, el tipo agarró el ladrillo y se lo tiró. No recuerdo si le pegó o no. Pero el caso es que después, al ir a buscar el ladrillo, esto le pareció incómodo. Decidió mejorar el “sistema de auto-preservación a ladrillo”, como él lo llamaba: Le ató al ladrillo un cordel de un metro y salió a la calle.
Esto permitiría que el ladrillo no se alejara demasiado. Pronto comprobó que el nuevo método también tenía sus problemas. Por un lado, la persona destinataria de su hostilidad debía estar a menos de un metro. Y por otro, que después de arrojarlo, de todas maneras tenía que tomarse el trabajo de recoger el hilo que además, muchas veces se ovillaba y anudaba. El tipo inventó así el “Sistema Ladrillo III”:
El protagonista era siempre el mismo ladrillo, pero ahora en lugar de un cordel, le ató un resorte.
Ahora sí, pensó, el ladrillo podría ser lanzado una y otra vez pero solo, solito regresaría.
Al salir a la calle y recibir la primera agresión, tiró el ladrillo.
Le erró… pero le erró al otro; porque al actuar el resorte, el ladrillo regresó y fue a dar justo en su propia cabeza. El segundo ladrillazo se lo pegó por medir mal la distancia. El tercero, por arrojar el ladrillo fuera de tiempo. El cuarto fue muy particular. En realidad, él mismo había decidido pegarle un ladrillazo a su víctima y a la vez también había decidido protegerla de su agresión. Ese chichón fue enorme…
Nunca se supo si a raíz de los golpes o por alguna deformación de su ánimo, nunca llegó a pegarle un ladrillazo a nadie. Todos sus golpes fueron siempre para él. —Este mecanismo se llama retroflexión y consiste básicamente en proteger al otro de mi agresividad. Cada vez que lo hago, mi energía agresiva y hostil es detenida antes de que le llegue al otro, por medio de una barrera que yo mismo pongo. Esta barrera no absorbe el impacto, simplemente lo refleja; y toda esa bronca, ese fastidio, esa agresión me vuelve a mí mismo. A veces con conductas reales de autoagresión (daños físicos, comida en exceso, drogas, riesgos inútiles) otras veces con emociones o manifestaciones disimuladas (depresión, culpa, somatización). Es muy probable que un utópico ser humano “iluminado”, lúcido y sólido jamás se enojara. Sería útil para nosotros no enojarnos. Sin embargo una vez que sentimos la bronca, la ira o el fastidio, el único camino que los resuelve es sacarlos hacia fuera transformados en acción. De lo contrario lo único que conseguimos, antes o después, es enojarnos con nosotros mismos
Dios te bendiga.

La palabra

Jesús dijo: El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en
su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en
su corazón. Pues de lo que rebosa su corazón, habla su boca.
Lucas 6:45

En el camino de la vida va uno recolectando palabras propias y ajenas, de pronto sin darte cuenta percibes que esas palabras, tienen sentidos distintos, hablan de un pasado, un presente y un futuro, las memorizas y las comienzas a reproducir con sonidos propios, les das un sentido y una verdad absoluta, y las gritas al viento, para que todos las escuchen y también ellos las sientan y después las recuenten como suyas y así llenar tu espacio y el de los demás con palabras.
Y llega el momento de ver que éstas palabras tienen diferentes sentidos y diferentes mensajes que hay que comunicar, ya tu casa es chica y sales a la calle y confrontas, burlas, sueños frustrados, amores soñados, anhelos perdidos, reconoces momentos de gloria, suspiros ajenos, amores prohibidos, sigues hablando y sigues aprendiendo más historias y cualquier rincón es bueno para parar y gritar al viento, cualquier lugar es un gran escenario donde cada momento la palabra se hace presente y cada historia viaja de persona en persona y te siguen escuchando e inicia una demanda de mas y mas historias. Y es entonces que sabes que el poder de la palabra es para ti y que eres lo que tú querías ser, entonces buscas maestros y aprendes más cada día buscando llenar ese gran hueco por el gusto de la palabra y es entonces que reconoces hermanos y te das cuenta que a pesar de los diferentes acentos la palabra es palabra y es entonces que te atreves a soñar despierto, pero ya no en una lucha unipersonal si no en grupo, reúnes grandes sueños para construir realidades.

Me encuentra hoy en la lucha permanente de controlar mi palabra y por ende mi corazón, que al fin quiera dar el consuelo y la esperanza que espera cada ser humano con el que me tope a lo largo de mi vida, busquemos también nosotros mismos a aquellos que nos den la verdadera palabra, aquella que nos da vida, que no critica, que a veces duele, pero que al final es la que te alimenta el alma y te hace justicia como ser humano y como hijo de Dios.

Dios te bendiga ahora y siempre.

Cristianos a la carta

Me encontre esta reflexión que me deja pensando profundamente en la modernidad y los tiempos que hoy estamos viviendo, donde todo lo queremos a nuestro gusto y a nuestra medida.

Ciertamente una hamburguesa sabe mejor con mostaza, ketchup y alguna salsa recién inventada. Una tarta con relleno de chocolate o mermelada o grageas multicolores es más atractiva. Un café con azúcar y unas gotas de leche se agradece.

Es muy probable que a la mayoría de nosotros, de pequeños, no nos gustaban los filetes de hígado cuando a mamá se le ocurría la feliz idea: «Hoy comemos hígado y todos nos lo tendremos que comer». Conozco a una persona que a sus muchos años, todavía, no puede ver el hígado. Ahora simplemente no lo come. Pero de niño tuvo que hacerlo por decreto maternal. Más le valía. ¿Cómo lo lograba? Primero agotaba los recursos más tradicionales: dárselo al perro a escondidas, dejarlo debajo de la mesa, trasladarlo de trozo en trozo al plato del hermano más cercano… Pero todas estas técnicas eran rápidamente desactivadas por su eficaz madre. Así que tenía que enfrentarse con el problema. Solución: muy sencillo, gracias a su afición a la mostaza, untaba medio tarro de esta sustancia sobre el filete. Así conseguía neutralizar aproximadamente un 85% de aquel horrible sabor hepático.

Pero todas estas técnicas de aliñamiento, más o menos válidas en el campo culinario, fallan cuando queremos aplicarlas al cristianismo. Una hamburguesa con mostaza sabe mejor, pero cristianismo con mostaza deja de ser cristianismo. Lo mismo si le untas nocilla o le agregas leche desnatada.

El Evangelio te pide amar a Dios sobre todas las cosas. «Bien. Sí. Sobre todas las cosas menos sobre mi juguete preferido». O sea, cristianismo con ketchup.

El Evangelio te pide tomar la cruz. «Bien, de acuerdo, pero pásame un buen cojín para el hombro, contrátame tres ayudantes fieles para que la carguen por mí, y que la cruz sea de la madera más ligera del mercado». O sea, cristianismo con azúcar.

El Evangelio te dice que los limpios de corazón son los que verán a Dios. «Bien pero no es para tanto, tranquilo, no hay que ser exagerado, si todo el mundo lo hace no tiene que estar tan mal». O sea, cristianismo con miel silvestre.

El Evangelio te pide amar a tu enemigo. «Sí. Estoy de acuerdo. Sólo a este desgraciado lo odiaré toda mi vida». O sea, cristianismo con mayonesa.

El Evangelio te pide perdonar setenta veces siete. «Bien pero a este no. Es que es un caso especial. Lo que me hizo es imperdonable». O sea, cristianismo con leche condensada.

El Evangelio te pide desapegarte de tus posesiones. «Sí. Lo que pasa es que estamos en el siglo del consumismo, y por lo mismo tengo que comprar y comprar, da igual si no lo necesito». O sea, cristianismo con tomate.

El Evangelio te invita a la oración. «Sí, es importante, pero no hay tiempo, ¿no ves que soy una persona muy ocupada? El tiempo libre debe ser más bien para un café, un cigarro, una fiesta». O sea, cristianismo con relleno sabor chocolate.

El Evangelio te pide interrumpir tu camino para curar al que está tirado en la calle. «Lo sé. Pero hoy en día es peligroso. No sabes lo que puede pasar. Igual le ayudas y luego no te agradece.» Cristianismo con leche descremada y un poco de mermelada.

El Evangelio te pide fidelidad. «Bien pero uno debe tener sus propias ideas, yo comparto muchas cosas de las que dice Jesús, pero no estoy de acuerdo en algunos puntos de la moral.» O sea, cristianismo con grageas multicolores.

El Evangelio te dice que estás de paso, que la vida es un soplo, que la aproveches minuto a minuto. «Sí, bien, pero tampoco hay que amargarse, hay que aprovechar la vida haciendo lo que a uno le gusta, no sabes lo bien que yo me llevo con la pereza.» O sea, cristianismo con mostaza. ¡Cristianismo con mostaza por favor!

A su Evangelio,

Cristo no le puso ketchup ni mayonesa ni tomate.

Él no le agregó azúcar ni miel silvestre ni grageas multicolores.

Él no lo cubrió con un relleno sabor chocolate ni mermelada.

Él no le añadió leche condensada ni descremada.

Cristo no neutralizó su Evangelio con mostaza.

El cristianismo se sirve solo. O se vive como es o no es cristianismo.

Autor: Arturo Guerra | Fuente: Catholic.net